Si les dijera que en este momento cerraran los ojos y se visualizaran cabalgando sobre un caballo ¿dónde se ven haciéndolo? Si me lo preguntan a mí, sería en algún lugar desolado y vasto, de esos que no tienen final. Les puedo decir que también tengo el soundtrack perfecto para eso: el nuevo disco de la compositora Emma Ruth Rundle, titulado On Dark Horses.
No puedo describirles cuanto amé este álbum de la cantautora originaria de Louisville, Kentucky, Estados Unidos. De alguna forma sabía que sucedería, pues son varios materiales en solitario ya en la carrera de Emma Ruth. La conocí con el disco Marked For Death, un título que, vale decir, me encantó. Al escucharlo supe por dónde iba su trabajo.
A diferencia de su creación con las bandas Marriages y Red Sparowes, esta producción es una maravillosa mezcla entre folk y post rock. Las letras exploran y hacen una meditación insondable y profundamente personal acerca de la mortalidad, pero también del comportamiento autodestructivo.
Ya desde su portada, Emma nos da ciertas claves que nos preparan para la avalancha de emociones que se nos viene. La foto sugiere algo sincero, de cierta elegancia, pero que está fracturado. Es un retrato apropiado para una artista que ha establecido una carrera bastante honesta y que tampoco le ha salido gratis, pues ha expuesto sus heridas al mundo.
Con On Dark Horses, Emma Ruth no rehúye a las realidades incómodas ni se esconde en mundos privados en los que no podemos alcanzarla. Al contrario, captura a una artista que ha sobrevivido a través de su música y que, definitivamente, ha salido fortalecida desde lo más profundo.
Las ocho pistas del material capturan la evolución de Rundle como una creadora que sigue siendo fiel a su obra. Es de ese tipo de artistas que pareciera que jamás ha dudado de lo que tiene que hacer. Al escuchar sus trabajos anteriores no puedo más que agradecerle y declararme su acérrimo fan.
Solo ustedes, queridos lectores, sabrán hacia dónde los llevarán sus propios caballos, pero esa bestia siempre me ha parecido una hermosa metáfora para muchas cosas. El mío seguramente me transportará hacia algún lugar de esos de los que no dan ganas de regresar jamás. Como van las cosas algunas veces, es lo mejor que nos podría pasar. Solo asegúrense de que música como la de Emma Ruth Rundle los acompañe en su camino.
Para escuchar: Darkhorse, Light Song, Fever Dreams, Dead Set Eyes y You Don’t Have to Cry.