Un total de 234 Albergues de Transición Unifamiliares (ATUs), de 250 planificados, han sido construidos por miembros del Ejército de Guatemala, en coordinación con otras instituciones y organizaciones como Techo.
De ese número, 187 han sido edificados en finca La Industria, Escuintla, y 47 en Alotenango, Sacatepéquez. El ensamblaje de estos recintos continúa como apoyo para los damnificados por la erupción del volcán de Fuego, registrada el 3 de junio de este año.
A esto se suma la entrega diaria de raciones de comida, las cuales suman ya 69 mil 200, entre desayunos, almuerzos y cenas. También hay que agregar el desarrollo de actividades recreativas y de fortalecimiento espiritual, convivencias, juegos y tardes culturales que forman parte de las labores que mantienen las fuerzas castrenses para beneficiar a las familias albergadas, informó Juan Carlos de Paz, subdirector de Prensa del Ministerio de la Defensa Nacional (MDN).
“Desde el día de la tragedia el Ejército, como una institución de servicio, desplegó trabajos de búsqueda y rescate, construcción de los espacios que tienen capacidad de albergar a 4 familias, traslado de afectados y asistencia humanitaria nacional e internacional. Las labores se efectuarán hasta que los beneficiados cuenten con una solución final de vivienda”, precisó el funcionario.
De Paz agregó que han contribuido con el traslado de al menos 936 familias, y que tienen pendiente 64. Asimismo, en las instalaciones del MDN se realizan las mesas técnicas para continuar con la formulación de estrategias que den respuesta a las necesidades de los afectados.
Autoridades del Servicio de Material de Guerra informaron que sigue el funcionamiento de las dos Cocinas Móviles que tienen la capacidad de repartir no menos de 2 mil 100 tiempos de comida al día.
Una mano amiga
Emma Cortés, beneficiada que habita en finca La Industria, Escuintla, dijo que la ayuda que han recibido del Ejército ha sido significativa, luego de haber perdido todo durante la tragedia. “Se ha visto el sacrificio de los soldados desde los rescates en La Zona Cero. Me ayudaron a sacar mis cosas de la casa y a la fecha siguen aquí, acompañándonos como unos verdaderos amigos”, expresó la favorecida. “Nos tendieron la mano cuando más lo necesitamos, incluso nos han brindado apoyo emocional y espiritual con actividades que nos ayudan a distraernos y superar poco a poco esta situación. Han velado porque tengamos lo necesario”, indicó Manuel Pérez, beneficiado que vive en Alotenango, Sacatepéquez.