El comercio internacional de alimentos puede compensar en parte los efectos negativos del cambio climático sobre la producción agrícola de los países pobres, indicó ayer la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
El director general adjunto de la FAO, Kostas Stamoulis, explicó en una conferencia que “el cambio climático reorganizará la producción en la agricultura, a expensas de los países en desarrollo”, situados en su mayoría en las regiones tropicales.
La seguridad alimentaria de esas zonas está amenazada por el impacto de la variabilidad del clima, con una mayor frecuencia de sequías e inundaciones, según un nuevo informe de la agencia sobre el estado del comercio global de alimentos básicos.
Se espera que el cambio climático altere también el mapa de los flujos comerciales, de modo que para 2050 los países del sur de Asia y del norte y del oeste de África aumenten sus importaciones de productos agrícolas, al tiempo de que crecerán las exportaciones de Norteamérica, Europa y Asia Central.
Según la FAO, el comercio mundial podría ayudar a llevar los excedentes de alimentos a aquellas áreas deficitarias, mejorando la disponibilidad y el acceso a esos productos, si bien existe el riesgo de que los pequeños agricultores salgan perdiendo. Roma, EFE