Miles de personas se reunieron ayer en las inmediaciones del World Trade Center de Nueva York, para rendir tributo a quienes murieron durante los atentados del 11 de septiembre de 2001, en el decimoséptimo aniversario de la tragedia.
“EE. UU. nunca jamás se rendirá a la tiranía”, dijo el presidente Donald Trump en su discurso en el monumento homenaje a las víctimas en Shanksville, Pensilvania, donde se estrelló el vuelo 93 de United, secuestrado por los terroristas, con 40 personas a bordo.
Uno por uno
La Gran Manzana recordó el 11-S con una ceremonia en la que se leyeron los nombres de las casi 3 mil personas que perdieron la vida en los ataques. A los pocos minutos de comenzar el acto, a las 8:46, los asistentes guardaron un primer minuto de silencio para recordar el momento exacto en el que el primer avión golpeó las Torres Gemelas. A lo largo del acto se realizaron seis pausas para marcar también el choque del segundo avión en el World Trade Center, el que golpeó el Pentágono en Washington, el que se estrelló en Pensilvania y el derrumbamiento de las dos torres neoyorquinas.
Numerosas autoridades estaban presentes en la ceremonia, incluidos el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y el gobernador del estado, Andrew Cuomo.
Además, pudo verse a los exalcaldes Rudy Giuliani y Michael Bloomberg, y a la embajadora de EE. UU. ante la ONU, Nikki Haley.
“Por favor, dejen de usar los huesos y las cenizas de nuestros seres queridos como decorado en su teatro político”, dijo un familiar de las víctimas.
Los supervivientes, equipos de emergencias y autoridades fueron acompañados por una guardia de honor formada por miembros del Departamento de Policía de Nueva York y de los servicios de bomberos de la ciudad.