Gracias al trabajo que realiza la Policía Nacional Civil y el Ejército de Guatemala en la lucha contra el crimen, y en especial contra el narcotráfico, el Gobierno de Guatemala alcanzó un logro importante: implantó un nuevo récord en el decomiso de cocaína, en comparación con los dos últimos gobiernos.
Esto celebró el pasado viernes el Presidente de la República, Jimmy Morales, quien durante la inauguración de la Megacomisaría de la PNC, en Quetzaltenango, explicó a los quetzaltecos este éxito que lo hace sentirse “feliz y orgulloso”, dijo, dado que “esa es la seguridad que estamos logrando en Guatemala”, la de los buenos resultados. Una cuestión de eficiencia de la actual administración.
El asunto no es para menos. Los datos lo plantean así. Durante estos dos años y medio de la administración de Morales, las fuerzas de seguridad han podido incautar 39 mil 959 kilos del referido estupefaciente, 55% más que los 17mil 955 kilos logrados durante los periodos de Otto Pérez Molina y de Alejandro Maldonado Aguirre (2012-2016), y 63% por arriba de los 14 mil 728 kilos que sumó el gobierno de Álvaro Colom (2008-2012).
Es más, aún sumando los periodos Pérez Molina-Colom, el saldo sigue siendo positivo para el actual gobierno central, con 7mil 276 kilos más que lo decomisado en los 8 años (2008-2016) de las referidas gestiones gubernamentales.
Este trabajo de lucha contra el narcotráfico ha sido de tal magnitud que el reconocimiento no solo es propio, sino externo.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha reconocido el papel fundamental de Guatemala y los esfuerzos que el país hace en la lucha contra el narcotráfico, distinción a la que senadores como James Lankford también se han unido.
Por ello, el mandatario guatemalteco cerró esta parte de su reflexión ante los quetzaltecos, recordando que Guatemala es el principal socio de Estados Unidos en la lucha contra el tráfico de drogas, sin olvidar que su administración hace todos los esfuerzos a su alcance para lograr resultados positivos en este ámbito de la seguridad, pero además en el de otros delitos que ponen en riesgo la vida, la indemnidad sexual y el patrimonio de los guatemaltecos, como lo reflejan las cifras que dan cuenta del descenso de los homicidios, el robo a residencias, los delitos sexuales e, inclusive, la violencia intrafamiliar en nuestro país.