Por: Jorge Fingado
Le sugiero vigorizar el proyecto en marcha de Gobierno Abierto, sin etiqueta política marrullera alguna.
Le escribo estas líneas, a efecto que usted sepa que no todos los guatemaltecos apoyamos medidas desestabilizadorasprocedentes de grupos con el diablo metido en la cabeza y sin una pizca de conciencia de lo difícil y delicado que es ser Presidente o Vicepresidente en Guatemala, y tantos otros países del mundo que arrastran comportamientos sociopolíticos de la Edad Media y no aceptan los cambios drásticos que exigen los actuales tiempos.
Usted, al haber cumplido con el mandato de la Constitución, junto a su brazo derecho, el vicepresidente Dr. Jafeth Cabrera, con el apoyo de grandes grupos nacionales e internacionales conscientes de la vital urgencia de trabajar en unidad con los entes progresistas, y hacer un esfuerzo tolerable con aquellos que todavía están en la edad del hielo con planta de mamut, a la espera de cualquier error para volcar todo su odio y envidia sobre funcionarios y guatemaltecos que invierten y arriesgan recursos propios en favor del crecimiento económico en Guatemala, como la alternativa más eficaz para la convivencia pacífica soportando acciones mediocres de falsos expertos en seguridad, educación, infraestructura y cuanta cosa inventan para seguir siendo los “zánganos de la colmena”.
Ante esta situación, Usted Señor Presidente Jimmy Morales, debe nutrirse de mucha SERENIDAD Y PACIENCIA, apegándose a lo que le manda la Constitución hacer y seguir sentando las bases sólidas con los gobiernos de El Salvador, Honduras y México –por ahora–, a efecto de lograr los acuerdos reales de cooperación auténtica y no “pajas retóricas”, porque el pueblo es el Soberano y la acción con Vecinos es la clave para lograr a corto plazo la prosperidad que todos ansiamos. Le sugiero vigorizar el proyecto en marcha de Gobierno Abierto, sin etiqueta política marrullera alguna, y conferenciar con las organizaciones progresistas fortaleciendo la Libertad de Expresión y de Prensa, pilares vigorosos de un verdadero gobierno democrático.