Mientras se encontraba en la ciudad de Katmandú (Nepal), el escritor escocés Grant Morrison (1960) tuvo una experiencia extraordinaria. Según él, se encontró con “unas masas goteantes y ondulantes de metamaterial holográfico puro”, las cuales lo llevaron a un plano existencial superior en el que están suspendidos todos los universos, y le mostraron la verdadera naturaleza de la realidad.
Si bien es posible que dicha vivencia pudiera deberse a los abundantes psicotrópicos que Morrison ha admitido usar en más de una ocasión, esta revelación es tan solo una de muchas que ha experimentado y que han influenciado su prolífico trabajo como autor.
Morrison empezó a escribir para cómics independientes en su ciudad natal de Glasgow en los años 70. Trabajó para varias publicaciones, entre las que figuró la revista de cómics inglesa 2000AD, en la que cocreó el cómic Zenith. Este llamó la atención de DC Comics, que lo contrató para trabajar con un personaje menor llamado Animal Man. Morrison reimaginó al héroe y elaboró tramas complejas, las cuales salpicó con elementos esotéricos, espiritualidad cósmica y misticismo. El resultado fue impresionante e hizo que lo asignaran a Doom Patrol, en el que introdujo surrealismo, dadaísmo y hasta referencias a la obra de Jorge Luis Borges.
Junto a Alan Moore, Grant Morrison fue parte de la “Invasión Británica” de creadores ingleses que trabajaron en cómics norteamericanos en los años 80. En Flex Metallo concibió un universo con tres planos de existencia: el primero habitado por el personaje del cómic, el segundo por el escritor del cómic y el tercero por seres superiores que controlan la realidad, así como el autor controla la realidad del cómic. Este gusto por la metateatralidad, en el que la realidad y la ficción se confunden, es algo muy prevalente en su obra. Ya anteriormente se había introducido a sí mismo en las historias de Animal Man.
Como consecuencia de su visión en Katmandú, creó el cómic The Invisibles (1994), con elementos de magia del caos y referencias culturales y políticas. Se considera que esta obra influyó poderosamente en la concepción de la película The Matrix (1999). En New X-Men (2001) revitalizó al equipo de mutantes con una serie de osadas decisiones creativas. Su icónico trabajo en All-Star Superman (2005) le ganó múltiples reconocimientos de la industria, tanto a él como a su frecuente colaborador, el artista Frank Quitely.
La obra de Morrison es copiosa e influyente y trasciende a la industria del cómic. Ha escrito conceptos para videojuegos, así como obras teatrales y televisivas, siendo su trabajo más reciente la serie televisiva Happy! (2017), para el canal Syfy.