El 3 de junio perdió a su madre y a otros familiares durante la erupción del volcán de Fuego, que devastó su aldea San Miguel Los Lotes, Escuintla. Con lágrimas, Nelda Yaneth Mijangos Tuchán, de 44 años, recuerda que salvó su vida y la de sus dos hijos al salir corriendo para escapar de la lava.
Dice que los recuerdos de ese día, el olor a azufre y el cielo que parecía carbón la aquejan. Sin embargo, ver que sus retoños Melvin y Óscar están sanos le da fuerzas para seguir adelante.
“Hoy mi casa es el ATU 176 (Albergue Transitorio Unifamiliar). Gracias a Dios, al esfuerzo del Gobierno y la ayuda de muchas personas tenemos un techo, ropa, comida y calzado”, expresa.
Esta es una de tantas historias de damnificados por la erupción, que ahora están retomando sus actividades y compromisos de estudio, laborales y familiares. Para ellos, la vida continúa y deben levantarse de esta tragedia.
Servicios básicos
A los ATUs de la Finca La Industria, Escuintla, fueron trasladadas 172 familias afectadas por el coloso y cuentan con los servicios básicos.
Christian Vega, de la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (SOSEP), comentó que cada ATU cuenta con iluminación y tanques aéreos de agua, para que las familias mantengan la higiene.
“La comida y el agua para beber es provista por el Ministerio de Desarrollo Social, de acuerdo con los requerimientos, pues algunas personas ya comenzaron a generar recursos económicos y a comprar sus alimentos”, destacó.
Al cruzar el Sector B se observan 21 unidades móviles, donde los niños de prekinder hasta tercero básico reciben clases, dice Carlos Barillas, del Cuerpo de Ingenieros del Ejército.
En el área se observa a la enfermera Claudia Sazo atendiendo pacientes en la clínica móvil del Ministerio de Salud.