La Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), la más grande del país, reabrió ayer sus puertas, con restricciones, tras 4 meses de “parálisis” a causa de la crisis sociopolítica, que ha dejado entre 317 y 448 muertos desde abril, en protestas contra el presidente Daniel Ortega.
La universidad permitió el ingreso únicamente a “personal docente y administrativo”, tras mantener sus puertas cerradas desde el estallido social del 18 de abril.
El campus central de la UNAN-Managua estuvo ocupado por los estudiantes desde mediados de mayo hasta el 13 de julio, cuando los alumnos fueron expulsados por el Gobierno en un fuerte ataque armado de policías y paramilitares, de más de 13 horas continuas, que dejó como resultado 2 universitarios fallecidos.
Los estudiantes se habían atrincherado en la universidad para evitar una “cacería” por parte del Gobierno contra alumnos que habían sobrevivido a una “matanza” en la que murieron decenas de jóvenes en las últimas dos semanas de abril, según informaron organizaciones humanitarias.
Aunque los campus se amparan en la Ley de Autonomía Universitaria, la Rectoría de la UNAN-Managua firmó un permiso para que el Gobierno atacara a sus alumnos con las “fuerzas combinadas” del Gobierno, compuestas por policías, paramilitares, parapolicías y antimotines. Managua, ACAN-EFE