Aretha Franklin, la reina del soul y una de las voces más impresionantes de la historia de la música que pidió a rabiar Respect y enterneció al mundo entero al ritmo de I Say a Little Prayer, murió ayer a los 76 años en su casa de Detroit, EE. UU., por complicaciones de un cáncer de páncreas.
Símbolo
Con el fallecimiento de Aretha Franklin se apaga una voz eterna e incomparable, todo un símbolo estadounidense. Ya lo dijo el reverendo Al Sharpton en 2008, cuando la Fundación MusiCares le entregó a la diva el premio honorífico Persona del Año, de los Grammy, meses antes de la elección de Barack Obama como mandatario de EE. UU. “Podemos debatir sobre quién será el Presidente, pero no hay debate alguno sobre quién es la reina”, afirmó.
Identidad e intensidad
Franklin, nacida el 25 de marzo de 1942 en Memphis (Tennesee, EE. UU.), comenzó a cantar en Detroit, donde creció, en la iglesia de su padre, el reverendo C.L. Franklin. Realizó sus primeras grabaciones de góspel con 14 años, en la discográfica Checker Records, junto a sus hermanas, mientras aprendía a tocar el piano de oído.
Tras rechazar las ofertas de Motown y de RCA Label, Aretha firmó con Columbia Records y se mudó a Nueva York. Allí grabó su primer sencillo, Today I Sing the Blues. Mas, fue con
Atlantic Records con la que halló su verdadera identidad y empezó a saborear las mieles del éxito. En 1967 versionó Respect, de Otis Redding, y aquella inolvidable canción la llevó al número uno de ventas en su país.
Con el engrasado acompañamiento del grupo The Muscle Shoals Sound Rhythm Section en el estudio, Franklin trasladó la intensidad y la pasión del góspel a temas y espacios profanos, como las reivindicaciones feministas o raciales. Este salto fundamental de la iglesia a la calle, clave en la génesis del soul, la situó en los años 60 al mismo nivel de otros genios del género, como Sam Cooke, Otis Redding yJames Brown.
Firmó clásicos como (You Make Me Feel Like) A Natural Woman, I Say a Little Prayer, Chain of Fools, Think, I Never Loved a Man the Way I Love You y Day Dreaming a lo largo de una carrera en la que no hubo estilo que se le resistiera, puesto que también abordó el jazz, el rock y el blues. Su expresividad, poderío y personalidad frente al micrófono causarían impacto en artistas como Beyoncé, Whitney Houston y Mariah Carey.
La mejor de la historia
Más de 4 décadas sobre los escenarios dan para mucho cuando a un mito se refiere, y así lo certifican sus no menos de 40 álbumes y haber sido proclamada por la revista Rolling Stone como la mejor cantante de la historia. En 1979 recibió su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, y en 1987 se convirtió en la primera mujer en ingresar en el Salón de la Fama del Rock and Roll.
En febrero de 2017 anunció su retirada, y aprovechó esa ocasión para asegurar que grabaría un álbum final con Stevie Wonder. Ese disco, sin embargo, nunca ha visto la luz. Su última actuación pública fue en noviembre del año pasado, durante un concierto en Nueva York, de la Fundación Elton John, para la lucha contra el sida.