Los números de las calles y avenidas son la mejor guía para conducirnos por la ciudad capital. Antes de eso, al menos en el casco antiguo, lo que existieron fueron nombres peculiares influenciados tanto por los edificios cercanos como por acontecimientos populares. Como preámbulo a la fiesta máxima de la capital guatemalteca, que se celebra mañana, Miguel Álvarez Arévalo, Cronista de la ciudad, nos lleva por algunos pasajes del Centro Histórico.
Primeros trazos
Ante el traslado de la capital al Valle de la Ermita, en 1776, el arquitecto español Marcos Ibáñez trazó las primeras calles de la Nueva Guatemala de la Asunción. Su esquema se basó en la información aportada por el ingeniero Luis Díaz de Navarro, quien dibujó una cruz imaginaria para establecer el polígono de ubicación, que iba de oriente a poniente y de norte a sur. Miguel Álvarez explica que, en la actualidad, la intersección de esa guía se establece en la Plaza de la Constitución.
Bautizadaspor el pueblo
En 1791 se creó la división municipal, con 6 cuarteles y 12 barrios. Cada uno tenía un nombre distinto, pero siempre influenciado por un templo católico cercano. Posteriormente, fue la población la que se encargó de bautizar las calles, basados en edificios importantes o hechos particulares.
La Municipalidad de Guatemala decidió oficializar esta nomenclatura en 1842. Aunque, indica Álvarez, algunos habitantes siguieron llamándolas por sus nombres populares. Añade que, durante esa época, no se utilizaba la palabra “avenida”, porque no es propia de la lengua española. Fue hasta 1880, cuando se adoptó un sistema estadounidense de dividir las calles y avenidas por números.
Algunos nombres
El historiador recuerda que los nombres cambiaban del norte al sur, sobre la 8a. calle; y de oriente a poniente, en la 6a. avenida. Tal es el caso de la 1a. avenida, que en el norte era conocida como La floresta, mientras que en el sur como Calle del Hospital San Juan de Dios
En el sur, a la 9a. avenida se le ubicaba como Calle de la Universidad o del Seminario, y en el norte, como Calle del Sagrario. Aunque también se le llamó Calle de Chispas, en alusión a las luces que acompañaban el Rezado de la Virgen de Concepción.
La 11 calle poniente fue bautizada Callejón de Luna y en el oriente como Calle de los inocentes. A la 18 calle, la última del Centro Histórico según Álvarez, se le conocía en el oriente como La Habana, y en el poniente como Calle del Perú.
