Por: Julissa Cifuentes
Directora de Cooperación
Externa de SESAN
Según la Organización Mundial de la Salud, “la prevalencia de la obesidad entre los lactantes, los niños y los adolescentes va en aumento en todo el mundo”. Un factor importante que influye en esa aseveración es el ambiente obesogénico al que están expuestos; parte de este es la alta carga de publicidad de alimentos y bebidas poco saludables dirigida principalmente a la infancia. La pregunta es ¿a qué cantidad de publicidad de alimentos malsanos están expuestos los niños y adolescentes en Guatemala? Existe poca información al respecto, pero basta ver alrededor y observar las estrategias publicitarias diariamente y en diferentes espacios. A eso se suma la disponibilidad de los alimentos chatarra en todos lados. En áreas urbanas y rurales pueden encontrarse bebidas azucaradas y bolsitas con alimentos con alto contenido de sal, grasa y azúcar, frente a la poca o nula disponibilidad de alimentos saludables, como frutas y verduras. Un punto de distribución estratégica para esos alimentos son las tiendas en las escuelas y cerca de estas. Un estudio realizado en 2015, donde fueron encuestadas 55 tiendas, reveló que aquellas que estaban más cercanas a los establecimientos tenían más anuncios orientados a los niños que aquellas más lejanas, concluyendo que estaban expuestos a un entorno obesógenico (Chacón, V., Letona P. Villamor, E. y Barnoya, J. Crit Public Health.2015; 25(3):291-298).
La relación entre el sobrepeso, la obesidad y la demanda por alimentos poco saludables, causada por la exposición a la publicidad y la promoción recurrente, es alta. Se hace necesario que los tomadores de decisión adopten medidas prontas y eficaces sobre este tema, en donde la inversión en educación alimentaria y nutricional le haga contrapeso a los millones que se gastan en promover comida chatarra; aquí es importante el involucramiento de todos los sectores y el fortalecimiento de las organizaciones defensoras de los derechos de los consumidores.