La red de observación de la actividad del volcán de Fuego ha sido ampliada con nueva tecnología, para fortalecer la capacidad de reacción en caso de una nueva emergencia.
Un grupo de científicos especializados en vulcanología ha estado en Guatemala con el objetivo de instalar tecnología avanzada y capacitar en su uso a personal guatemalteco, especialmente del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).
A la cabeza del equipo está Adrew Lockhart, experto del Observatorio de Cascada, del Servicio Geológico de los Estados Unidos (United States Geological Service, USGS).
Bajo la dirección de Lockhart se ha instalado en Guatemala equipo para 3 estaciones sísmicas de banda ancha. Se está aplicando una nueva tecnología de infrasonido, diseñada para detectar los lahares que se producen en volcanes de reciente erupción. Los equipos han sido ubicados en lugares seleccionados estratégicamente del volcán de Fuego.
Las herramientas de ultrasonido y de infrasonido amplían la capacidad humana para percibir fenómenos que preceden a un desplazamiento masivo de lodo, explica el científico.
Esto puede servir como un sistema de alerta temprana, que permita, junto con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, avisar oportunamente a la población y prevenir una catástrofe. Los análisis han revelado que a partir del momento en que se inicia una avalancha se dispone de 15 o 20 minutos para prevenir a los pobladores.
Experiencia
Lockhart ha visitado países de América Latina, y ha observado el comportamiento de colosos activos: los volcanes Misti y Urbinas, en Arequipa, Perú; el Cotopaxi, en Ecuador, y el Nevado del Ruiz, en Colombia. También ha participado en la instalación de más de 40 redes de observación en colosos de 13 naciones.
“La capacidad de los países para alertar a su población ante una erupción volcánica inminente se incrementa con el aumento de estaciones de observación”, dice el vulcanólogo. Sin embargo, advierte que no es necesario ni conveniente aumentar desproporcionadamente el número de estaciones.
“Unas pocas, pero bien ubicadas, pueden hacer una gran diferencia y evitar los perjudiciales efectos de las emergencias”, dice el experto, quien ha advertido, además, que tales tecnologías para la observación de los volcanes “requieren de un presupuesto de inversión en mantenimiento, lo cual es importante, porque estas están expuestas al deterioro que producen los elementos naturales”.
En Guatemala, una de las actividades más importantes que ha realizado Lockhart es la capacitación, “para que no dependamos de personal externo sino que nosotros mismos tengamos la capacidad de analizar e interpretar la información que proveen los aparatos”, refiere Eddy Sánchez, director del Insivumeh.