Por: ELDER FIGUEROA
elder.figueroa
@conap.gob.gt
El CONAP, como punto focal del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), tiene la responsabilidad de velar por la conservación y uso sostenible de la Diversidad Biológica de Guatemala, donde se incluye la diversidad genética del maíz, especialmente de sus parientes silvestres, así como del conocimiento tradicional asociado (Artículo 8j del CDB).
Una de las acciones prioritarias desde el CONAP es el establecimiento de áreas protegidas que tomen como elemento principal el maíz silvestre; específicamente en el área de Huehuetenango, endémico y reconocido como uno de los parientes silvestres más cercanos al maíz cultivado. El maíz es el grano que más se produce a nivel mundial (1021 millones de toneladas), seguido del arroz (74 millones de toneladas) y del trigo (72 millones de toneladas).
Para Guatemala, se reporta una producción de 1,690 toneladas; sin embargo, esta producción es insuficiente para suplir la demanda nacional, por lo que debe recurrirse a la importación de dicho grano.
Su origen se refleja en los calendarios, la cosmovisión, la espiritualidad, costumbres y tradiciones mayas. Existen diferentes evidencias de ello; por ejemplo, antecedentes culturales y criterios genéticos. Entre los antecedentes culturales se menciona la descripción del origen del hombre a partir del maíz, contenida en el Popol Vuh, la existencia del dios del maíz, historias en el área de Huehuetenango, así como la práctica de diversas ceremonias en honor al maíz. Otras evidencias existentes apuntan al origen del maíz en las zonas semiáridas del centro y norte de México, así como en Nuevo México. Desde el punto de vista genético, se acepta que el maíz evolucionó a partir de un pariente silvestre todavía presente en Mesoamérica; especies silvestres se reportan principalmente para México y Guatemala.
Por ello, el Ministerio de Cultura y Deportes, a través del Acuerdo Ministerial Número 767-2011, ha declarado al maíz como Patrimonio Cultural de la Nación y de interés nacional su promoción, protección e investigación, promoviendo la identificación, clasificación, documentación y difusión de los diferentes usos, tradiciones y sus saberes relacionados. Asimismo, el Decreto Legislativo 13-2014 declara al maíz como “Patrimonio Natural y Cultural”, haciendo énfasis en su protección, fomento de la producción y divulgación de su importancia, siendo aspecto primordial de esta ley la declaratoria del 13 de agosto como Día del maíz.
Para alcanzar la implementación de la ley, es importante apoyar a la agricultura tradicional (conservación in situ de la diversidad genética del maíz), que implica asistencia técnica, fortalecimiento de mercados, desarrollo de una política de precios y la creación de un programa de incentivos.