El sudor que recorrió el cuerpo de Érick Barrondo desde la primera zancada se convirtió, después de 20 kilómetros en un baño de bronce. En Barranquilla se empleó a fondo para no ser de los que conforme avanzan son eliminados por levantar los pies más de la cuenta, y la recompensa a su técnica llegó en forma de medalla.
A diferencia de la prueba en Veracruz 2014, cuando su mirada era desoladora por su expulsión, esta vez el verapacense sonrió y se mostró contento por su progreso: “Hace 4 años nos descalificaron. Hoy gracias a Dios terminamos con una buena satisfacción, una buena finalización técnica”.
Barrondo compagina su resurgir deportivo con los Juegos Centroamericanos y del Caribe, pues su marcha fue la tercera con mejor tiempo. En el Malecón de Puerta de Oro, a orillas del río Magdalena, ante el calor intenso y la humedad logró saltar al podio, con un tiempo de 1 hora, 27 minutos 17 segundos.
Sus pasos, guiados por el español Paquillo Fernández, se robustecen cada vez más, la competitividad crece y el alumno al que una lesión en la rodilla izquierda le rompió su seguidilla de éxitos, ha vuelto a demostrar su hambre de gloria: “Hemos visto a un Érick más consolidado marchando y empezando a ser competitivo”, dijo su estratega.
Los 20 kilómetros dejaron como ganador al colombiano Eider Arévalo, campeón mundial, (1:26:42) y segundo lugar a su compañero Esteban Soto (1:26:59), pero también tuvo a un Barrondo inquebrantable ante la presión, voraz sobre el asfalto, cimbrando su cuerpo camino hacia otra conquista, esas que se la han vuelto una costumbre en el ciclo olímpico.
Contento
“Yo quiero ganar siempre, estar adelante siempre, pero hay que aceptar que todo va por procesos. Me voy contento por haberle dado una medalla a Guatemala, que no era la que uno hubiera deseado, pero al final hay que respetar que los otros se prepararon bien”, apuntó.
Su presea se suma al oro conquistado en los Centroamericanos Managua 2017, el oro y la plata en Panamericanos, Guadalajara 2011 y Toronto 2015, respectivamente ,y la plata en Juegos Olímpicos en Londres 2012. “Nosotros vamos camino hacia arriba con el entrenador, es un proceso que pinta para bien”, señaló Barrondo.