Con 138 años de trayectoria, el Diario de Centro América (DCA) se ha constituido en el esfuerzo de comunicación más antiguo en la región. De allí que se le denomine el Decano de la Prensa del Istmo.
Desde su primera aparición, el 2 de agosto de 1880, este matutino ha presenciado el surgimiento y desaparición de no menos de 600 medios de comunicación escritos, entre periódicos y publicaciones semiperiódicas.
Además, sus páginas han atestiguado el talento y la obra de escritores célebres, como José Milla y Vidaurre, Domingo Estrada, Eugenio Dubassassay, Francisco E. Galindo, Ignacio Solís, Alberto Beteta, Justo Milla, Julio Rossignon y José Esteban Sánchez
Estos intelectuales contribuyeron a que el periódico contara con una calidad tal que competía con los mejores del continente, en una época en la que se tenía al telégrafo y los ferrocarriles como insignias de la modernidad.
Se reconoce como su fundador al inglés Marco J. Kelly, un funcionario de la empresa de ferrocarriles, quien aportó la mayor parte del capital para su puesta en marcha.
En su primera edición, el DCA se definió como un periódico mercantil, agrícola, literario, científico y noticioso, acorde a las iniciativas de progreso apoyadas en aquel tiempo por el movimiento reformador. Su contenido incluía, además de las noticias del país, los principales acontecimientos del istmo y el mundo, lo cual fue posible gracias al uso del telégrafo, que permitía recibir y compartir la información pertinente.
Sucesos importantes
Su primera casa editora estuvo en la 6a. avenida sur y Calle Real de la ciudad capital, actualmente la 10a. calle, entre 5a. y 6a. avenidas de la zona 1.
Como primer hecho importante desde su entrada en circulación destaca el disgusto que provocó en personajes influyentes la oración fúnebre de Francisco E. Galindo, uno de los directores del Diario, en el sepelio de José Milla y Vidaurre, en 1882. A consecuencia de esto, el medio fue vendido en dos ocasiones.
Suspendió sus publicaciones durante varios meses y reapareció en 1885 con una mejor presentación, gracias a la fusión de las imprentas La Tipografía y La Unión, la cual funcionó en la 3a. avenida norte y 5a. calle poniente, de la zona 1, donde se ubica hoy en día el Conservatorio Nacional de Música.
Fue en 1900 cuando culminó la vida del Diario como empresa privada, en el Gobierno de Manuel Estrada Cabrera, quien dispuso su compra. Así, el periódico pasó a ser un medio de comunicación semioficial.
Se declaró por primera vez como órgano oficial de comunicación el 20 marzo de 1931, cuando el entonces presidente Jorge Ubico ordenó la fusión del DCA con el periódico El Guatemalteco, que hasta ese entonces se encargaba de publicar y difundir las leyes y otras normativas del país.
Funcionó así durante 19 años, hasta que el 23 de enero de 1950, durante el segundo Gobierno de la Revolución, fue restablecido El Guatemalteco como órgano oficial de información.
El DCA siguió informando, principalmente de las acciones de gobierno; dependía administrativamente del Ministerio de Gobernación, y en cuanto a sus contenidos, de la Secretaría de Relaciones Públicas de la Presidencia de la República.
Finalmente, el 17 de febrero de 1972 se suspendió definitivamente al diario El Guatemalteco, que en la práctica fue fusionado con el DCA. El periódico opera en el edificio de la Tipografía Nacional, en la 18 calle entre 7a. avenida y 6a. avenida “A” de la zona 1.
Actualidad
Hoy en día, el Diario Oficial ofrece a sus lectores una variada gama de información actual, del acontecer nacional e internacional, en ámbitos que van desde lo político hasta las artes y el deporte. Además, cuenta con una sección de opinión en la que distintos personajes abordan y analizan temas de interés.
Esto se suma a la difusión de decretos, acuerdos y otras normativas de los tres organismos del Estado, así como de municipalidades y otros entes estatales, y anuncios varios relacionados con la vida civil y comercial en el país, por medio de su sección legal.
Todo esto se ha puesto al alcance de la población, no solo mediante su versión escrita, sino también por medio de los medios digitales, con lo cual el periódico se mantiene a la vanguardia.
