El ambiente en la Federación Nacional de Futbol (Fedefut) se pintó de azul y blanco, ayer, y no por el cielo, porque lució nublado, sino porque 24 futbolistas guatemaltecos se vistieron con los colores patrios y, con su futbol, le devolvieron el aliento a la Selección, que regresó a los entrenamientos después de 22 meses sin actividad.
Apenas han pasado 15 días desde que terminó el Mundial Rusia 2018, y en la Tierra del Quetzal ya se vuelve a soñar con la ansiada clasificación al máximo certamen del balompié del orbe.
Los comerciantes de la economía informal ya se volcaron a la Fedefut a preguntar por la indumentaria oficial y la boletería para el primer amistoso del representativo patrio, que será el 15 de agosto, en el Nacional, contra Cuba. El 18, contra el mismo rival, se jugará en el Mario Camposeco de Quetzaltenango y, el 7 de septiembre, contra Argentina, en Estados Unidos.
Óscar Pelén, utilero con 13 años de ser parte de la bicolor, también volvió a ejecutar algunos piques para llevar y traer implementos de un lado a otro, como si el sumar años le pusiera mayor velocidad a sus piernas. En su rostro, la ilusión era evidente.
Fueron 14 jugadores que atendieron por primera vez el llamado de Wálter Claverí, quien antes de comenzar con la práctica atendió a no menos de 22 representantes de la prensa nacional, asegurando que: “Ustedes ya nos hacían falta”.
Claverí fue claro: Este llamado no es definitivo, pero si es una base de la que quiere partir para conformar un grupo que, con un promedio de entre 25 y 26 años, encare las próximas eliminatorias.
“No quiero quitarle a los más jóvenes la posibilidad de fogueos. Por ejemplo: un jugador de 34 años que venga, no tendría sentido darle 3 o 4 partidos de fogueo, si al año me va a decir que se retira y que no cuento con él. Entonces habría desperdiciado todas esas oportunidades para los más jóvenes. Queremos que la Selección tenga un futuro”, expresó el Clavo.
Según el entrenador, el primer objetivo a inculcar en los deportistas es el desarrollo del modelo de juego, porque tiene muchas facetas y hay que irlas desarrollando una a una.