Plácido Domingo asume con “respeto, emoción y amor” su debut como director de una ópera de Richard Wagner, algo que hará mañana en el templo wagneriano que es Bayreuth y con La Valkiria, la pieza con la que se despidió como tenor de ese festival, hace 18 años.
“Llevo cinco meses preparándome. Intercalando el Macbeth que estrenamos con Daniel Barenboim en Berlín para viajar a Bayreuth. Estudiando partituras, haciendo ensayos con orquesta o cantantes, y hasta un concierto, en San Petersburgo”, explicó el artista en entrevista a Efe, desde el teatro de Bayreuth.
“Es un desafío que implica mucha responsabilidad, amor a Wagner y respeto”, prosiguió, en alusión a Bayreuth, el festival que lo aclamó como el Sigmundo de La Valkiria en 2000.
En aquella ocasión recibió a Efe, aun maquillado y vestido de Sigmundo, durante el segundo entreacto y tras su “muerte” escénica a manos de Wotan; como director no podría permitirse “semejante licencia”, bromeó, ya que “el Maestro trabaja hasta el final”.
Su regreso a Bayreuth coincide, además ,con el retorno también a esa plaza de la mezzosoprano bávara Waltraut Meier, quien fue su Siglinda en 2000. “Los dos cantamos juntos esa Valkiria y nos pasamos después 18 años sin venir”, recuerda Domingo.
Diez años después de tomar las riendas de Bayreuth la biznieta de Richard Wagner, Katharina, llegó el reencuentro para ambos: Domingo como director y la mezzosoprano como la Oltrud del Lohengrin que abrió la temporada, dirigido por Christian Thielemann.
“Es cierto que la orquesta de aquí toca casi sin ver. Pero tienes que dirigirlos, motivarlos. Y asomarse al foso de Bayreuth es mucha responsabilidad”, explica, respecto al viejo teatro levantado por órdenes de Richard Wagner en 1850 como lugar idóneo para representar su música, que sigue consagrado en exclusiva al culto al genial compositor.
*EFE