El principal gremio empresarial de Honduras lamentó y condenó los actos violentos que se están produciendo en Nicaragua, como consecuencia de la crisis sociopolítica, e hizo un llamamiento a que se retome el diálogo.
“Llamamos a las autoridades a volver a la mesa de diálogo para encontrar una solución inmediata y pacífica a la situación de violencia y crisis por la que está atravesando Nicaragua”, indicó el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) a través de un comunicado.
Los empresarios hondureños expresaron que rechazan y condenan “el uso de la fuerza para reprimir a los ciudadanos nicaragüenses que se manifiestan en su derecho contra el actual gobierno, demandando justicia, transparencia, democracia y paz”.
Asimismo, expresan su “solidaridad” con todas las familias que han “sufrido la violencia en sus hogares” y lamentan “las pérdidas de vidas humanas durante este conflicto y la desaparición de sus familiares, violentando los derechos humanos de todos los nicaragüenses”.
El Cohep manifestó, además, “su solidaridad con nuestro hermano país de Nicaragua ante la grave situación social, política y económica por la que están atravesando desde el pasado mes de abril, y condena todas las medidas de violencia y represión por parte del Gobierno, violentando los derechos humanos del pueblo nicaragüense”, añade del comunicado.
El gremio empresarial expresó su “respaldo absoluto” al Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) en “su lucha por la paz, justicia y democracia en Nicaragua”.
El Cohep extendió su respaldo a los micro, pequeños, medianos y grandes empresarios y sus colaboradores que, a los casi 4 meses del conflicto han tenido que “reducir sus operaciones, cerrar en muchos casos sus negocios, sufrir la pérdida de empleos y el desempleo que serán difícil de recuperar”.
Asimismo, los instó a que “se mantengan trabajando para que puedan seguir siendo al finalizar este conflicto un país de oportunidades”.
Con al menos 351 muertos en 100 días, miles de heridos y más de un millar de secuestrados o desaparecidos, según cifras de organismos humanitarios locales, Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con Daniel Ortega también como presidente.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, se iniciaron el 18 de abril, por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.