Alejandro, el personaje de Benicio del Toro, sigue inmutable, y esta continuación merecida lo demuestra. En agosto del año pasado publiqué Cuando Benicio del Toro es un sicario y celebré la primera parte. Hoy aclamo la segunda.
La película hace que te preguntés qué harías en las botas de estos mercenarios. Estás en el desierto, tenés la oportunidad de huir y buscar una nueva vida. ¿Regresarías a cobrar venganza? El peso del guion está en las cosas que no se dicen, en los silencios.
Acá no hay personaje que sobre. Desde el secretario de defensa James Riley (Matthew Modine) hasta el granjero que a medio desierto se convierte en un salvavidas para Alejandro. Esta cinta es una maquinaria compleja: si le quitás un personaje, deja de funcionar.
“La suerte no vive en este lado de la frontera”, Alejandro (Benicio del Toro).
Las atracciones de la película nos hablan de una guerra entre los cárteles y la seguridad nacional. Ahora hay un nuevo enemigo: trasiego de humanos. Mas esa es la tapadera, lo que esconde el filme es mucho más complejo y atroz. Como es tradición en esta saga, la música juega un papel más que importante; de hecho, diría que es un personaje más.
La secuela funciona sola, no necesitás ver la primera para disfrutarla, pero el bagaje de la anterior te ayuda a entender y justificar, aún más, las motivaciones de Alejandro y las de Matt Graver (Josh Brolin). Es entretenido pensar, por ejemplo, ¿qué hubiera hecho Emily Blunt (Kate Macer) si su personaje apareciera de nuevo en esa crisis de seguridad nacional?
Además de conocer un rostro de la migración y otro del narcotráfico, vemos una política exterior brutal muy a lo “sálvese quien pueda”. No creo que llegue a ser trilogía, pero sería genial.
Decepción fílmica: Tomorrowland.
El cinismo de Disney no conoce límites. Para ver a George Clooney tenés que esperar 45 minutos, y hasta la hora y media se asoma Hugh Laurie. La cinta recae en una pésima actriz y personaje: Britt Robertson, como Casey Newton. Lo que la salva es el papel de Raffey Cassidy (querrás una Athena de amiga). Si ese es el futuro, detengan al mundo. Si no, salto.
Una lica de domingo: Falling Down.
No hay mejor forma para iniciar la semana que con una película anarquista. Es uno de los personajes más complejos de Michael Douglas: ¿qué pasa cuando llevás al límite al ciudadano común? Eso lo verás en este título.