Los más recientes acontecimientos migratorios en la frontera entre México y Estados Unidos hicieron sonar la alarma en los países del norte y Centroamérica, los cuales pusieron la lupa sobre los hombres, mujeres y niños que intentan llegar a otro país en busca de oportunidades de vida, pero que no cuentan con los papeles migratorios que les abren las puertas y por ello deben entrar a hurtadillas, exponiendo su vida.
Hace pocos días el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, se reunió con los mandatarios de los tres países centroamericanos que componen el llamado Triángulo Norte: Guatemala, El Salvador y Honduras, para concretar estrategias que pongan un alto a la migración de indocumentados.
Con ese propósito, ayer se reunieron los representantes diplomáticos de estos países, además del de México, con la secretaria de Seguridad del país de la barras y las estrellas, Kirstjen Nielsen.
El tema es complicado porque presenta aristas que tienen que ver con seguridad territorial, derechos humanos, condiciones de vida en los países de origen, información y políticas.
Los cancilleres del llamado Tricamex (tres países del Triángulo Norte y México) propusieron los primeros puntos de discusión para trabajar en una solución consensuada sobre el tema. La delegación del Tricamex, conformada por los ministros de Relaciones Exteriores de Honduras, María Dolores Agüero; de México, Luis Videgaray; el vicecanciller de El Salvador, Carlos Castañeda, así como la canciller de Guatemala, Sandra Jovel, platearon su preocupación por la
separación de padres e hijos, consecuencia de la aplicación de la ley Tolerancia Cero.
La ministra Jovel dio declaraciones a la prensa acerca de esta primera reunión, a la que calificó de fructífera, y detalló que uno de los puntos relevantes fue coincidir en la “suprema importancia de la reunificación, que requiere de un esfuerzo de todos los países. Y a esto se le dará alta prioridad”.
La funcionaria agregó que en esta primera reunión concluyeron que hay que abordar el tema migratorio de manera integral, con un enfoque de responsabilidad compartida y respeto a los derechos humanos de todos, especialmente de los menores de edad.
Por su parte, la secretaria de Seguridad de EE. UU. expresó que juntos (todos los países involucrados) pueden encontrar soluciones “a este reto urgente que estamos enfrentando”, en materia de seguridad y migración irregular, y agregó: “…es vital hacerlo como amigos y socios de una misma región”.