La crisis sociopolítica en Nicaragua se prolonga, y no se vislumbra una solución inmediata a la convulsión, como consecuencia de los hechos violentos de los recientes días, que ha aumentado la tensión y la cifra de muertes desde que comenzó el problema, hace cuatro meses.
La Organización de Estados Americanos (OEA) anunció que el Consejo Permanente de esa instancia regional analizará hoy la situación que está atravesando el país centroamericano.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos confirmó que también se abordará la instalación del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes.
No más mediación
La Conferencia Episcopal de Nicaragua, mediadora y testigo del diálogo nacional, suspendió las mesas de trabajo creadas para superar la crisis, debido a la agresión física que sufrieron los obispos el lunes en la Basílica de San Sebastián, en Diriamba.
Ese día, un grupo de parapolicías irrumpió violentamente en la Basílica de San Sebastián, donde agredieron a sacerdotes y periodistas, entre ellos el nuncio apostólico, Stanislaw Waldemar Sommertag; el cardenal Leopoldo Brenes y el obispo Silvio Báez.
La agresión ocurrió cuando los jerarcas católicos viajaron a Diriamba, 42 kilómetros al sur de Managua, para liberar a un grupo de enfermeros y misioneros franciscanos sitiados en el templo.
La situación se presentó después de que una delegación de la Iglesia católica, acompañada por la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos, entró en la plaza central de Diriamba, cuya basílica estaba rodeada por unos 200 encapuchados paramilitares y parapolicías, así como decenas de agentes.
EFE constató que cuando la delegación eclesiástica llegó al lugar, los uniformados desaparecieron para dar paso a encapuchados civiles y simpatizantes del presidente Daniel Ortega.
“El Estado funciona y seguirá funcionando, y hará uso de su deber constitucional, su obligación institucional para mantener el orden, la seguridad y la paz”, dijo el canciller Denis Moncada. tras suspenderse las mesas de trabajo.