La población itinerante, que es una gran prueba por etapas, en este caso el Tour de Francia, se pondrá en marcha mañana en Noirmoutier, en L’Ile, con unas cifras, en cada una de sus diferentes parcelas, rotundas y mareantes, que lo convierten en el auténtico amo del ciclismo.
Alrededor de 4 mil 500 personas en su censo van a convivir durante 23 días, a los que se añaden los previos al comienzo de la prueba, como la presentación de equipos, hoy, y la presencia, durante toda la semana, de la antesala de las primeras personas de la organización hasta la finalización de la carrera, el 29 de julio, en París.
Sus habitantes, censados en forma de acreditación por la organización, se dispersan durante los 23 días de carrera, aunque todo el movimiento organizativo ya lleva varios días en funcionamiento, dependiendo de cada uno de los días.
Todos ellos se expandirán o contraerán alrededor de los finales y principios de etapa en función de su papel dentro de la carrera.
En esta edición, el pelotón ciclista, los auténticos protagonistas de la prueba, ha visto reducido su habitual número de 198 componentes de las últimas ediciones a los 176 de esta, ya que cada uno de los 22 equipos pasa a disponer de 8 corredores, frente a los 9 anteriores, aunque para ello contarán en total de no menos de 450 acompañantes.