Por: Alejandro Silva, oficial de Derechos y Salud Sexual y Reproductiva de Unfpa
Algunas personas se preguntan si la planificación familiar es un derecho humano. Si la entendemos como la libertad de las personas y las parejas, hombres y mujeres, de decidir de manera libre e informada el número de hijos e hijas que desean tener y con qué frecuencia tenerlos, la respuesta es sí.
Hace 50 años, en la Proclamación de Teherán (1968, Conferencia Internacional de Derechos Humanos de las Naciones Unidas), los Estados reconocieron: “Los padres tienen el derecho humano básico de determinar libre y responsablemente el número y espaciamiento de sus hijos.
” El 11 de julio de 1987, cuando la humanidad llegó a los 5 mil millones de personas, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que en esta fecha se conmemorará el Día Mundial de la Población. En Guatemala, planificar la familia evita cada año 20 % de las muertes maternas, mil 12 muertes infantiles y 238 mil embarazos no planificados, por lo que tiene un gran impacto en la vida de las mujeres, familias y país.
La Encuesta de Salud Materno-Infantil, ENSMI 2014-2015, nos muestra que aún con los avances solamente 60 % de las mujeres guatemaltecas cumple con su derecho a planificar, y de ellas, solo 48 % usa métodos modernos, que son los que tienen alta eficacia.
14 % desea ejercer este derecho, pero no lo logra, por causas económicas, sociales o de acceso a los servicios y los métodos. Entre estas últimas, tienen menor acceso las mujeres rurales, indígenas, con menor grado educativo. Para 2018, el “Día Mundial de la Población” conmemora el acuerdo histórico de Teherán, el derecho a decidir como un derecho humano esencial para el desarrollo de las personas: una libertad y no imposición.