Los ministros de Interior de Alemania, Austria e Italia se reunirán la próxima semana en la ciudad de Innsbruck, capital del Tirol austriaco, para buscar un acuerdo que cierre la ruta del Mediterráneo a los emigrantes.
Así lo anunciaron en Viena el canciller federal de Austria, Sebastian Kurz, y el ministro alemán de Interior, Horst Seehofer, tras una reunión que dejó claro que Alemania no aplicará medidas unilaterales para rechazar en sus fronteras solicitantes de asilo que hayan sido registrados anteriormente en otros países.
Antes del consejo informal de ministros de Interior de la Unión Europea (UE), los próximos días 12 y 13 en Innsbruck “habrá un encuentro entre Roma, Viena y Berlín para hablar sobre las cosas que podemos hacer juntos, especialmente sobre cómo podemos cerrar la ruta sur de los inmigrantes”, dijo Seehofer.
Kurz subrayó que “el objetivo” será “establecer medidas para cerrar la ruta del Mediterráneo, es decir, asegurar que se detenga la inmigración ilegal a Europa por esa ruta”. Mientras que el jefe del Gobierno de la república alpina añadió que “eso es en interés de Italia, pero también de Austria y Alemania”.
Por otro lado, “hemos acordado que no habrá ninguna medida por parte de Alemania en perjuicio de Austria, sino que vamos a remar juntos para parar la inmigración ilegal en Europa”, indicó.
Tras calificar de “muy fructífera” la conversación mantenida hoy con Kurz, Seehofer confirmó que su país no devolverá a Austria a refugiados que hayan sido registrados en terceros socios de la UE, sino que pretende devolverlos a estas naciones (principalmente Grecia e Italia).
Para ello, Berlín negociará acuerdos especiales con Atenas y Roma, afirmó el político germano, líder de la conservadora Unión Socialdemócrata (CSU) de Baviera, aliada de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller federal, Angela Merkel, que gobierna en Berlín junto a los socialdemócratas (SPD).