A los familiares que quedaron, mi más sentido pésame y que el Creador les dé fortaleza. El volcán de Fuego, símbolo de la fuerza de la naturaleza en Guatemala, con su gran erupción se llevó a gente que añorarán sus familiares y siempre los llevarán en su corazón. Se lamenta mucho la pérdida de niños y adultos que sucumbieron ante la explosión repetida de un coloso al que siempre se le tiene respeto por su inmenso rugir. Volcán de Fuego, potente fuente de energía que el Creador colocó en nuestra amada patria, se lleva a seres queridos y también pertenencias que tanto costó hacer y a los fieles animales que murieron sin dejar huella por la enorme erupción que dejó el corazón lleno de mucha tristeza y dolor. El dolor de los que perdieron a sus seres queridos, añoranzas pasan por sus cabezas que lloran con fuerte dolor que perdieron a sus amados familiares que dejaron inmensas huellas en la mente en el corazón junto a toda una nación. La paz en sus corazones debe reinar, aunque difícil de explicar por qué se marcharon. Los seres que tanto marcaron sus vidas y sus animales que daban sentido a su vida en un lugar bello, aunque el peligro latente del volcán lo hace ser bastante difícil para entender. Por qué no están, aunque pudieron salir ante tanta desgracia natural. Sirva este homenaje para los niños que perdieron la vida ante esta mortal erupción. Que su alma trascienda hacia el Altísimo, y donde estén que haya una mejor opción.
Donde el olvido no marque su partida de este mundo y se vayan sin un mundo cargado de muchas falencias que los hacían invisibles ante la sociedad que los tenía fuera de un mundo sin condición. Ante la pérdida irreparable de sus seres queridos y que su memoria brille en un lugar mejor, recuerden que no les duelen solo a ellos sino a una Guatemala, que los añora ante tal desgracia, que los llora y que son parte importante en la memoria de todos los ciudadanos que se sienten impotentes ante tal pérdida.