Imaginar un mundo sin color ni sonido podría parecer drástico y claustrofóbico; sin embargo, los millones de niños y niñas que nacen con sordoceguera no lo consideran de esa manera, y esto gracias al poder de las caricias, el principal servicio de apoyo que los ayuda a encontrar sus propios colores y sonidos.
Todos podemos aprender de la experiencia de vida de las personas con sordoceguera y construir relaciones basadas en la presencia y el contacto físico. En esta era digital no olvidemos que la mejor conexión será siempre la humana”, expresa Diana Bonilla, directora de Comunicación de la Fundación Guatemalteca para niños con sordoceguera Alex (Fundal).
Del 24 al 30 de junio, alrededor del mundo, se celebra la semana de concienciación sobre las personas con sordoceguera, la cual conmemora el nacimiento de Helen Keller, una mujer que nació con esta condición en Alabama, Estados Unidos, en 1880.
En aquel momento de la historia no se contaba con la ayuda necesaria para la población con discapacidad auditiva y visual, pero Anne Sullivan, maestra de Keller, confiando en su capacidad, le enseñó a leer y escribir en Braille y usar señas con las manos para comunicarse, convirtiéndose así en un ejemplo de inspiración para aquellos que tiene una discapacidad.
Durante esta semana se realizan campañas para reconocer las capacidades y los logros de estas personas que han construido una nueva forma de ver su realidad, pintándola con colores y amenizándola con su música favorita, demostrando cómo han superado las barreras de la comunicación con la presencia y el contacto físico de sus maestros, quienes traducen la información, los recursos y los servicios adecuados para que ellos puedan conocer el mundo.