Por: Werner R. González
Es interesante la oportunidad de los distintos ministerios formular –ante el colectivo nacional– los requerimientos presupuestarios para 2019, en el marco del ejercicio de “Presupuesto Abierto”. Este proceso, tras el recorrido enmarcado en Ley, tendría para concluir el 30 de noviembre del presente año. Aunque el ejercicio, desde el punto de vista de transparencia y rendición de cuentas, es una muestra de democracia dentro del despertar del desarrollo social de Guatemala, el desencanto podría estar en la recaudación fiscal. En ese sentido, la frustración podría producirse debido a los apuros fiscales que desde décadas padece el organismo recaudador del Estado. Esta inexactitud o insolvencia fiscal unida a una relativa abultada proyección presupuestaria 2019, que podría estar cerca de los 90 millardos de quetzales, excede las capacidades presupuestarias del Estado de Guatemala. Si bien, cierto que el actual organismo recaudador fiscal ha dado muestras de avances en los niveles de recaudación, debe reconocerse que hace falta potenciar ese esfuerzo de parte del Estado para que los recursos puedan equipararse al mínimo de necesidades que tiene la población guatemalteca, principalmente del área rural. En este sentido, es clave atender socio-productivamente a la población del cinturón fronterizo Guatemala-México para compensar la falta de oportunidades de desarrollo, procurando minimizar los índices migratorios. El presente artículo pretende enriquecer palabras persuasivas para que dentro del ejercicio presupuestario 2019 se efectúe la mejor priorización en la asignación de los escasos recursos del Estado a favor de aquellas entidades que realmente sustentan una misión centrada en acciones prácticas que hacen mover hacia arriba el bienestar social. Esta perspectiva de desarrollo se podrá potenciar si dentro de las políticas púbicas de compensación social se da cumplimiento a los Objetivos sociales de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, horizonte que no debe perderse de vista, ya que, según cifras del PNUD, Guatemala tiene un déficit en los Indicadores de Desarrollo Social -IDS- en comparación con los países de la región.