La labor de un maestro es de 24 horas diarias. Sus labores no consisten solamente en impartir las clases dentro del aula. Su trabajo inicia en la planificación de los contenidos, en impartir la cátedra. Luego, en la calificación de los trabajos y exámenes, además del seguimiento para con sus estudiantes.
Es una labor que, aunque existan las vacaciones, el maestro, el profe o la seño, como les llaman, siempre están para las preguntas y hasta para el cuidado de sus pupilos. Algunas veces hasta se convierten en un segundo padre o una segunda madre.
Ayer, precisamente, se celebró el Día del Maestro, como homenaje a la profesora María Chinchilla, que fue asesinada durante una manifestación cuando Jorge Ubico era presidente de Guatemala.
En esta fecha se reconoce la labor del docente y el legado que deja a sus estudiantes.
Ayer, el presidente Jimmy Morales y el vicepresidente Jafeth Cabrera condecoraron a siete maestros con la orden Francisco Marroquín, como reconocimiento a la destacada labor que realizan.
Durante la entrega de reconocimientos se destacó el trabajo que cada uno de estos siete maestros han realizado durante su carrera en las aulas, en beneficio de la educación y la formación de nuevas generaciones de connacionales.
En esta ocasión, los homenajeados son: Violeta Floridalma Fuentes Quiroa, Miguel Ángel Franco de León, Fredy Enrique Montoya Celada, Georgina Rodas Marroquín de Escobar, Jaime Lorenzo Roquel Chávez, Juana Xón Xón y Domingo Yojcom Rocché.
Ellos fueron seleccionados entre casi 100 expedientes de todo el país, tras la convocatoria que hiciera el Ministerio de Educación.
Hasta la fecha se le ha otorgado este galardón a 386 maestros, que han la han merecido y han sido recompensados de esa manera. Fue creado en 1963, durante el Gobierno de Enrique Peralta Azurdia. Este prestigioso premio surgió mediante el decreto Ley número 54, como reconocimiento, símbolo de honor y dignificación para educadores destacados en su quehacer diario.