El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se convirtió en las elecciones del domingo en el mandatario más poderoso de la Turquía contemporánea, pero lo hizo tras una campaña electoral en la que gozó de ventajas y marcada por la desigualdad, según criticaron hoy observadores internacionales.
Tuvieron opciones
“Las restricciones de las libertades fundamentales que hemos visto han tenido un impacto en estas elecciones”, juzgó ayer en rueda de prensa Ignacio Sánchez Amor, coordinador de la misión de observación electoral de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Los observadores concluyeron que los electores tuvieron “auténticas opciones” de voto y que las irregularidades durante el proceso de votación y recuento habían sido menores. EFE