Una decisión demandada por el videoarbitraje (VAR) propició el penal que en el tiempo añadido transformó Karim Ansarifard y que evitó la victoria de Portugal en Saransk (1-1), y lo condenó al segundo puesto del Grupo B y a una eliminatoria de octavos con Uruguay.
Los recelosos de la tecnología se cargaron de argumentos en el duelo del Mordovia Arena. Los monitores acapararon una atención que no reclamó el césped. Por la escasa efectividad y las pocas ocasiones, fueron los televisores los que gestaron las acciones en un duelo con más intensidad que futbol.
Hasta en 3 ocasiones, decisivas, el VAR entró en escena. La primera, para indicar un penal a favor de Portugal, al inicio de la segunda parte, que desperdició Cristiano Ronaldo. Después, para juzgar una posible agresión del capitán portugués sobre Morteza Pouraliganji.
Finalmente, la tecnología dictó sentencia. Con Irán agitado por lo que consideró un agravio, protestó una jugada dentro del área, casi al final. Una pelota que dio en la mano de Cedric en la puja por la pelota de Sardar Azmoun. No desperdició el tiro desde los once metros Karim Ansarifard, que dio el empate a su equipo.> Saransk, EFE .