Con Desasosiego, Gustavo Bracamonte no busca la belleza, sino la verdad. En este, su más reciente libro de poesía, el autor guatemalteco aborda la situación del país y del mundo, y cómo esta genera inestabilidad emocional.
Obsesión materializada
Para el poeta Eduardo Villalobos, uno de los comentaristas del libro, la “obsesión” de Gustavo Bracamonte es lo que da origen a su obra. En el caso de Desasosiego este estado quedó plasmado en cuestionamientos íntimos acerca de la historia y el entorno, pero también en un alegato de las virtudes del lenguaje.
En su intervención Gustavo García Fong rescató la importancia que tiene la poesía, tanto para generar catarsis como para elevar los sentimientos colectivos. El joven poeta Matheus Karr resaltó la manera en que el título exhibe la cruda realidad, pero al mismo tiempo hace mirar al lector
hacia nuevas direcciones.
La esperanza es la poesía
Pero entre tanto peso del mundo vuelto verso, entre el pasado, el presente y el futuro desolador, dice Bracamontes, hay una esperanza. “Es la poesía la que nos va a salvar. Si tuviéramos la sensibilidad de los poetas este planeta sería mejor”, afirma.