Apasionado del teatro, la comunicación y la docencia, así era el actor y director Édgar Hernández Castro. Conocido por papeles en piezas como Prohibido suicidarse en primavera y 12 hombres en pugna, y descrito por sus amigos como un ser amable, riguroso y entregado, el guatemalteco falleció ayer, debido a complicaciones de salud.
Intelectual y disciplinado
Édgar Hernández Castro se formó en Arte Dramático, en la Universidad Popular; y en Comunicación, en la Universidad de San Carlos (Usac).
A lo largo de su carrera subió a las tablas en piezas como La hija del adelantado, Don Juan Tenorio, Nuestra Natacha y La tercera palabra; y en 1984 recibió el premio Opus al mejor intérprete de reparto. “Era un intelectual de primer orden. Como actor era polifacético, sólido, completo y versátil. Como ser humano, su calidad era incuestionable”, asegura la actriz María Mercedes Arce.
La última obra en la que Hernández participó fue 12 hombres en pugna, en 2016. En este y otros papeles, comenta Arce, siempre se mostró muy disciplinado, pues llegaba antes de tiempo a los ensayos y con texto en mano. “Fue muy intenso. Su desplazamiento era nítido y sus diálogos muy limpios, claros y frescos, sin ser acartonados”, dice.
Docente
Pero el guatemalteco fue más allá y dedicó parte de su trayectoria a la docencia en la Escuela Superior de Arte de la Usac. “Fuimos colegas y tuve la oportunidad de ser parte de las ternas de sus cursos. Por ello, conocí esa faceta en la que, a pesar de ser exigente, siempre velaba por ofrecer clases enriquecedoras”, concluye Arce.