La Selección española entra en juego hoy en el Mundial 2018 contra Portugal, Cristiano Ronaldo y una crisis sin precedentes a las puertas del torneo, que desató la destitución de Julen Lopetegui y el nombramiento de Fernando Hierro, quien debuta después de una vorágine de 20 horas.
No es el mejor momento para encarar un duelo de tan alto nivel, además el primero en una cita en la que la ambición de la roja solo le permite aspirar a lo máximo en Rusia 2018; un partido clave en cada gran competición que admite margen de error, sí, pero que también condiciona y presiona para los otros dos restantes choques.
Entre todas esas circunstancias, después de dos días en los que se hablado poco o nada del partido de Portugal, de apenas 2 sesiones al frente del equipo, con miembros del nuevo cuerpo técnico llegados a última hora y con la convulsión de todo lo sucedido, aparece el estreno mundialista en el estadio Fisht de Sochi.
Un choque contra el actual campeón de Europa, que conquistó el torneo continental contra pronóstico en Francia 2016; contra un buen grupo de jugadores y, sobre todo, contra Cristiano Ronaldo, un goleador enorme, voraz, que lidera sin ninguna discusión al conjunto luso y que reta a España en un pulso previsible por el liderato.