El fallecimiento de su papá (1989), cuándo él apenas tenía 7 años, causó un cambio de 180 grados en la vida del exatleta guatemalteco Gabriel Sagastume, pues ese acontecimiento provocó que su madre lo involucrara en el taekuondo, al comienzo, como una herramienta para disciplinarlo.
Sin embargo, lo que comenzó como un método de crianza terminó convirtiéndose en una profesión para Sagastume, quien practicó la disciplina durante 20 años, hasta llegar al grado de alto rendimiento, desde donde puso en alto a Guatemala en diversas competencias tanto nacionales como internacionales.
Aunque clasificó para los Juegos Olímpicos Sídney 2000, y Atenas 2004, donde logró el quinto lugar, igual que en el Campeonato Mundial de su disciplina, celebrado en Madrid, España, en 2005, y cuenta con una vitrina colmada de títulos, el taekuandoista, también licenciado en administración de empresas, resaltó que es importante la preparación académica, pues eso brinda mayores posibilidades de desarrollo después del retiro.
“Es importante la preparación académica, pues el tiempo activo como deportista es muy corto. Muchos dejan por un lado el tema educativo, pero cuando uno sale del sistema deportivo es difícil integrarse al resto de personas”, comentó el director ejecutivo del Consejo Nacional del Deporte, Educación Física y Recreación.
Desde su silla, donde desenvuelve proyectos, planes y estrategias en pro del desarrollo del deporte, y con otra perspectiva, Sagastume prevé una nueva generación de taekuondoistas que para 2024, en juegos olímpicos, puede destacar.
Aunque el deporte de sus amores es el taekuondo, confesó que también seguirá el Mundial Rusia 2018, competencia en la que tiene como favoritos a Alemania y Brasil. Alex Jacinto