Los líderes occidentales han decidido ignorar la exaltada reacción, en Twitter, del presidente estadounidense, Donald Trump, quien retiró su apoyo al comunicado de la Cumbre del G7 horas después del fin de la reunión, una actitud que podría repetirse en el futuro.
Un portavoz del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, declaró que el Gobierno canadiense está concentrado “en todo lo que hemos conseguido aquí en la Cumbre. El primer ministro no dijo nada que no haya dicho antes, tanto en público como en conversaciones privadas con el Presidente”.
La declaración de la Oficina del Primer Ministro canadiense evita responder directamente a los furiosos tuits que Trump envió desde su avión Air Force One, de camino a Singapur para reunirse con el líder norcoreano Kim Jong-un, horas después de que concluyera la Cumbre del G7 en La Malbaie (Canadá). En dos tuits, Trump acusó a Trudeau de pronunciar falsedades durante la conferencia de prensa final de la reunión; insultó al primer ministro canadiense, acusándolo de “sumiso”, “deshonesto” y “débil” en la Cumbre, y lo amenazó con imponer aranceles a las exportaciones canadienses de
automóviles.
Trump, además, ordenó a sus funcionarios “retirar” el apoyo de EE. UU. al comunicado final, a pesar de que ya había sido firmado por todas las delegaciones de los países del G7.
Lo ignoran
Varios de los otros países del G7 reafirmaron su apoyo y validez del comunicado final, en efecto, obviando la reacción de Trump, como ya le ignoraron en la Cumbre cuando propuso readmitir a Rusia.
Francia fue uno de los países que más claramente indicó que no era “serio” intentar retirar el apoyo del comunicado final del G7 horas después de su firma.