Pasa siempre que, cuando el disco debut de una banda que nos gusta es un éxito, quedamos sedientos, queremos más. ¿Pero qué sucede cuando el álbum que le sigue resulta ser aún mejor? Algo pasa con los astros que se desordenan y luego se alinean para hacerlo increíble.
Puedo nombrarles entre esos grupos a la banda Nathaniel Rateliff & The Night Sweats, originaria de Missouri. En ocasiones anteriores les comenté que gusto mucho del blues y también del indie americano, un género que, sin ser del todo country, ciertamente tiene un sonido muy similar, pero con un toque más contemporáneo. El grupo es eso justamente, con unas piscas de folk y góspel.
Recién escuché su más reciente disco, Tearing At The Seams, y quedé encantado con la diversidad de ritmos e instrumentos que integran esta placa. En el momento que puse a sonar el single debut You Worry Me, tuve el presentimiento que escuchaba un excelente álbum. El sonido del piano, combinado con el tono vocal americano clásico de Rateliff contrasta los ritmos de la guitarra eléctrica, que parece que está siendo tocada en medio de un desierto.
Conozco muy poca gente que gusta de este género musical. Siempre escucho lo mismo: “Es muy agringado”. Y claro que así es. ¡Los músicos son estadounidenses! Pero cuando hablo de por qué me gusta mucho esta clase de bandas, es porque siempre evocan un sonido que invita a moverse. Ordena buscar un estado de libertad, y ese sentimiento se encuentra en toda la discografía de Rateliff.
Es música con letras inteligentes y para disfrutarla como un todo. No es algo que solo sirve para ponerle sonido de fondo a nuestra rutina. Para eso ya tengo las bocinas de los buses extraurbanos en Próceres. Esos pilotos merecen el infierno por cada bocinazo que dan. ¡Hacen trizas mis tímpanos!
Tearing At The Seams es un álbum que atrae y nos hace sentir parte de una experiencia: La del dolor, la alegría e, incluso, la creación de la música en sí misma. Nathaniel Rateliff & The Night Sweats logra capturar diferentes emociones y canalizar esto en una placa reflexiva y, sobre todo, emotiva. Esta es una pieza de la que si yo fuera músico, estaría bastante orgulloso. Así que, sin dudarlo, estoy seguro de que este disco estará sonando muy seguido en mi guarida, alegrando esas tardes grises y lluviosas por venir, que tanto odio.
Para escuchar: You Worry Me, Hey Mama, A Little Honey, Say It Louder, Coolin’ Out y Babe I know.