La copa del mundo, el trofeo que levantará el ganador del Mundial 15 de julio, llegó ayer a Moscú, después de la mayor gira de su historia, de la mano del alemán Lothar Matthäus, campeón en 1990.
Matthäus fue el encargado de retirar el velo que cubría el trofeo, de 6.1 kilos de oro macizo de 18 quilates, que se entrega a los campeones mundiales desde que lo levantara Beckenbauer, en Alemania 1974.
No se conformó con eso, ya que Matthäus cogió la copa como hace 28 años y la levantó por encima de su cabeza como si acabara de derrotar de nuevo en la final a la Argentina de Maradona (1-0).
“¡Cuidado, Lothar! Que no se te vaya a caer al suelo”, le dijo la presentadora del acto, que tuvo lugar a escasos metros del Kremlin y de la entrada a la Plaza Roja, cuando el alemán la levantó, atrevido, con una sola mano.
El trofeo, valorado en unos 200 mil dólares (Q1 mil 494 millones) y diseñado por el italiano Silvio Gazzanigatiene, tiene 36.8 centímetros de altura y representa a dos futbolistas enlazando al mundo en el momento de la victoria.
Entre septiembre de 2017 y su llegada ayer a Moscú, la copa del mundo visitó no menos de medio centenar de países y recorrió casi 150 mil kilómetros, de ellos casi 30 mil en territorio ruso, desde Vladivostok hasta el enclave báltico de Kaliningrado.
EFE