Ante los devastadores hechos provocados por una gran erupción del Volcán de Fuego, las respuestas de todas las instituciones no se hicieron esperar. Desde muy temprano por la mañana de ayer domingo, el coloso lanzó flujos piroclásticos que, en el transcurso del día, causaron la muerte de siete personas y afectó a casi dos millones de guatemaltecos.
Los departamentos en donde se encuentra el volcán y los aledaños, como Escuinta, Chimaltenango y Sacatepéquez, en donde causó los mayores daños, fueron declarados en alerta roja para poder atender las emergencias.
El presidente de la República, Jimmy Morales, ofreció una conferencia de prensa junto a algunos de sus ministros, el director del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) y funcionarios de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), en la que se evaluó la posibilidad de declarar estado de calamidad en los departamentos mencionados.
Las fuerzas de seguridad expresaron que, con un aproximado de 1 mil elementos, se dedicaron a diversas tareas, entre ayuda a las víctimas y limpieza de la pista del aeropuerto, entre otras tareas.
Hasta horas de la noche se desconocía el paradero de varios desaparecidos, de los cuales no se tenía una cifra exacta. Sin embargo, se expresó que se ha atendido a unas 3 mil 100 personas, y a pesar de la adversidad del clima y de la noche, continuaron los operativos de búsqueda.
El jefe de la cartera de Salud informó que en la red de hospitales nacionales se atendieron a 12 personas con quemaduras: 3 adultos y 9 menores de edad.
Las autoridades de Educación evaluaban también la suspensión de clases, principalmente en los establecimientos ubicados en las cercanías de donde ocurrió la tragedia.
Entre las recomendaciones se llama a la población a que se aleje de los lugares de emergencia. Es importante el uso de mascarillas, principalmente para quienes tienen padecimientos pulmonares. También es necesario utilizar protección para los ojos y resguardarse lo más posible.