Las alarmas vuelven a sonar, y es que el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos ha divulgado un estudio en el que las aflatoxinas son causa de mayores riesgos de cáncer del hígado.
¿Pero qué son las aflatoxinas?, son un tipo de toxinas producidas por ciertos hongos en cultivos agrícolas, como el maíz, el maní, la semilla de algodón y los frutos secos (de cáscara dura, como las nueces).
Las aflatoxinas son producidas principalmente por Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus, los cuales son abundantes en las zonas cálidas y húmedas del planeta, especialmente focalizado en África y Asia; sin embargo, Latinoamérica no es la excepción.
Los hongos que producen aflatoxinas pueden contaminar los cultivos en los campos durante la cosecha o el almacenamiento.
Estos mohos atacan a todo tipo de cosechas, pero especialmente a los frutos secos, desde avellanas, maní, hasta nueces y pistachos, también al maíz, arroz, y otros cereales en general, y algunas legumbres que se guardan secas, como los garbanzos o distintos tipos de habas.
Si bien el producto en sí puede que no se vea alterado en sabor o textura, su superficie e incluso su interior puede contener niveles considerables de aflatoxinas. Por supuesto, si el ganado consume granos contaminados, la aflatoxina se transmite por la leche y puede terminar en yogures y quesos.
Y también, en el ganado de carne roja, puede acumularse en los cortes.Hay que tener en cuenta que son compuestos bastante resistentes al calor.
La dieta de la población guatemalteca se basa en un consumo fuerte del maíz y frijol, y es por eso, que se debe mantener una vigilancia sobre este factor, que puede derivar en un problema de salud pública.
En el campo será fundamental controlar factores climáticos, evitar el estrés hídrico de la planta, el exceso de irrigación, falta o exceso de nutrientes, la acción de las plagas, las malas hierbas y la elección de las mejores fechas para siembra y cosecha, pues el grado de humedad al que se recolecta puede influir en el crecimiento de los microhongos.
Durante la cosecha, ayudará muchísimo la retirada de frutos o granos pequeños, afectados o rotos, y la recolección rápida en condiciones de humedad óptima, con el grano correctamente seco.
En el almacenamiento y transporte, los tres factores que más pueden afectar son el contenido de agua, la composición de la atmósfera que rodea al producto y la presencia de plagas.
Por lo tanto, se hace fundamental controlar las condiciones ambientales de almacenamiento, y también en el procesamiento del producto.