Por: Werner González
Desde este espacio columnista Crisol Literario se percibe con agrado la noticia de la apertura en la cabecera departamental de Jalapa del séptimo Comedor Seguro en el marco de los programas sociales.
No está lejos de que la entidad encargada tenga planificado la apertura de nuevos comedores; igualmente, en áreas estratégicas del territorio nacional. Por ejemplo, en poblaciones alrededor del Corredor seco del país. Además, estaríamos en la dirección correcta conforme a los principios de adhesión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) al Plan Nacional de Desarrollo, K´atun Nuestra Guatemala 2032.
Aunque la permanencia de los comedores sociales debería ser consistente a una cobertura temporal de 12 meses al año, es notable el esfuerzo que, junto al Comedor Social de Jalapa, se hayan abierto al servicio del público (obviamente del más necesitado) los comedores de San Marcos, Jutiapa, Mixco Comunidad y Hospital Roosevelt. El precio que se recibe es simbólico: el desayuno por valor de Q1, y Q3 por almuerzo. Este valor simbólico ingresa directamente a caja de la empresa que presta el servicio, entregándosele al usuario/a una factura contable por el monto cancelado.
Es importante resaltar que en el programa Comedor Seguro, a diferencia de otros programas, como Bono educación-salud y Tarjeta de Alimentos (TMCA), no existe corresponsabilidad, ya que la asistencia a los centros de alimentación no guarda un patrón sistemático de recurrencia o visitas. Ante tal situación, el cálculo de los avances de ejecución presupuestaria se hace por la vía de la cuantificación contable de las raciones (desayunos y almuerzos) despachados con la calidad nutritiva establecida. El monitoreo permanente de esto es clave.
Comedores Seguros es un programa de alto impacto social, demostrado en México, Perú, Brasil y Chile, aunque en cada latitud lleva distinto nombre. Para el caso de Guatemala, el impacto positivo de los Comedores Seguros se sostiene por el simple hecho que el 59.3 % de la población en promedio se encuentra en pobreza generalizada, y el 23.4 %, en pobreza extrema.