Como reza el dicho, quien cultiva rosas, cosecha rosas. Esto aplica a las necesidades básicas del país, pues somos un país agrícola, en el cual, la siembra familiar es fundamental. En este sentido, los programas para su fortalecimiento son indispensables.
Por ello, es que, como parte de los compromisos adquiridos con el Plan para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica, se están ejecutando programas de fortalecimiento para la agricultura familiar y de lucha contra la desnutrición crónica, en los cuales serán beneficiadas aproximadamente 951 mil 171 familias guatemaltecas, durante el presente año.
En los cuatro puntos cardinales del país es importante este fortalecimiento. Sin embargo, las estrategias para la prevención de la desnutrición crónica, el fortalecimiento de la economía campesina y la agricultura familiar están siendo priorizados en siete departamentos y 139 municipios. Todo esto, mediante programas de asistencia técnica e infraestructura y riego. Por otro lado, capacitación en buenas prácticas agrícolas, huertos comunales, familiares y escolares. Además, se ha tenido en cuenta la inclusión de género y la de jóvenes. Se le ha brindado asistencia a las comunidades que han sido afectadas por el cambio climático. Por otro lado, se le ha brindado capacitación a pequeños productores en todo el país, para que, de esa manera, puedan ser proveedores del Estado, mediante la Ley de Alimentación Escolar. Con ello se demuestra que nuestro país ha tenido una responsabilidad consciente y determinante en el Plan Alianza para la Prosperidad.
Para entender cómo está distribuido, el Programa de Agricultura Familiar busca atender a 790 mil 671 hogares, mientras que la Estrategia Nacional de Prevención de la Desnutrición Crónica tiene como proyección alcanzar a 160 mil 500 familias durante este año y 2019.
No cabe duda, que los compromisos para el Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación es el desarrollo rural y el mejoramiento de las condiciones de vida de las familias que viven en el campo.