Este mes el mundo lo dedica a celebrar la riqueza de los museos. No es para menos, pues cada día estos recintos abren sus puertas para aportar a la cultura y la educación de los ciudadanos mediante distintos programas. Aunque cada vez existen más instituciones con esta misión, siempre es bueno volver la vista hacia esos sitios emblema, cuya historia comenzó gracias al amor al arte de monarcas o empresarios.
The British Museum Londres, Inglaterra. A diferencia de otros recintos europeos, el British Museum (1753) no nació a partir de colecciones de la monarquía. Más bien fue gracias al testamento del médico y naturalista Hans Sloane, quien donó al estado británico no menos de 80 mil piezas procedentes de su catálogo privado. Libros, manuscritos, antigüedades de distintas civilizaciones y obras del renacentista Alberto Durero eran parte del lote. Con el tiempo, la institución ha aumentado su prestigio con objetos relacionados con historia, arqueología y etnografía.
Museo de Arte Metropolitano Nueva York, EE. UU. El MET es algo más que la gala que cada año organiza Vogue. El museo se inauguró en 1872, luego de que Robert Lee Jenkins, un ejecutivo ferroviario, donara su colección privada. Desde entonces, por sus escalinatas peregrinan miles de amantes del arte para vivir un encuentro con autores como Rafael, Tiziano, Picasso y Rembrandt.
El Prado Madrid, España. Las colecciones de la realeza española dieron origen al Museo del Prado, abierto desde 1819. Su primer catálogo constaba de solo 311 pinturas, pero a lo largo de su historia, tanto Austrias como Borbones se dedicaron a alimentar la muestra. Así aparecen piezas como El jardín de las delicias (El Bosco) o Las tres Gracias (Rubens).
Hermitage San Petersburgo, Rusia. Son 6 los edificios que integran el Hermitage, una de las mayores pinacotecas y museos del mundo. Su fundación, que data de 1764, está muy relacionada con Catalina la Grande. En esa época, la emperatriz, recién llegada al poder tras un golpe de Estado, fijó su residencia en el Palacio de Invierno y compró 225 piezas de arte holandés y flamenco. La soberana empezó así una carrera por decorar el espacio con obras de todo tipo, pues tan solo en el comedor podían apreciarse 92 pinturas.
Louvre París, Francia. Mucho antes de convertirse en la institución museística más importante de Francia, el Louvre era ya un espacio destinado alarte. Monarcas como Felipe II (1165-1223) y Carlos V (1338-1380) vivieron en ese palacio y almacenaron ahí sus colecciones artísticas. Luego del traslado de la residencia real a Versalles, el sitio se convirtió en un museo que abrió sus puertas en 1793. Las obras acumuladas por los soberanos pasaron así a ser exhibidas para deleite de los ciudadanos.