Aunque los nubarrones y el viento eran claros presagios de lluvia, la noche del martes solo se cubrió con el diluvio de canciones y emociones que dejó Guatemala en el Alma, el concierto de Plácido Domingo. La orquesta de Querido Arte, con el Vals de la Kermesse, fue la encargada de anunciar el regreso del tenor español al país, luego de 20 años, y de encender a la audiencia congregada en Explanada Cayalá.
Derroche de talento
Justo a las 20:20, una lluvia de aplausos acogió a Plácido Domingo, quien con serenidad se acercó al micrófono para entonar Nemico della patria. Una atmósfera sosegada se mantuvo cuando la soprano Micaëla Oeste, una de las invitadas de la velada, se entregó a Je veux vivre, y el español a Perfidi!…Pietà, rispetto, amore.
La calma fue interrumpida al ver sobre el escenario a Mario Chang. Al compás de “¡Vamos Mario!” y “¡Eso Mario!”, el tenor guatemalteco cautivó a la audiencia con sus interpretaciones de La donna è mobile y O, Soave Fanciulla, en la que estuvo acompañado de su esposa, la soprano María José Morales. Sin embargo, las emociones se elevaron aún más cuando Chang y Domingo fundieron sus voces en È lui, desso…Dio che nell’alma, pieza que cerraron con un fraternal abrazo que motivó a la concurrencia a ofrecer una ovación, de pie.
Sus palabras
Luego del intermedio, fue el tiempo de composiciones en inglés, como Some enchanted evening, I could have danced all night y Tonight, en la que, junto a Oeste, Domingo demostró sus habilidades en el vals. “Hace 20 años vine a Guatemala, y hoy es una gran alegría estar con ustedes. Veo que hay un público extraordinario, que ama la música”, comentó el artista. Antes de continuar con el programa, aprovechó para agradecer la labor de Chang y Morales en la promoción de la ópera.
Final cautivador
El final se acercaba, y el concierto saltaba de la ópera a la zarzuela, para después dar paso a los sonidos latinos. Plácido Domingo, hijo, hizo su aparición en Sabor a mí, y su padre coreó, junto a los asistentes, el clásico Bésame mucho. Minutos después, el Mariachi VIP escoltó al español que, vestido con traje de charro, encandiló en Paloma querida y El rey.
Pero Domingo aún tenía un as bajo la manga, y dedicó el cierre de su presentación a Guatemala con su interpretación de Luna de Xelajú (Paco Pérez). Ante la petición del público, se despidió con Granada y una promesa: “¡Hasta pronto, esta vez no pasarán 20 años para regresar!”.