Un doblete de Karim Benzema, al fin goleador en el momento clave de la temporada, impulsó al Real Madrid a su tercera final consecutiva, esperando rival para la gran cita de Kiev en un duelo majestuoso contra un Bayern repleto de orgullo, que se sobrepuso a todo y rozó la remontada (2-2).
El lateral derecho Joshua Kimmich abrió el marcador en el minuto 3 del choque para el Bayern, y Benzema empató, en el 11, con un remate de cabeza luego de un buen pase de Marcelo.
En la segunda parte, un error en el arranque del portero Sven Ulreich propició el doblete del delantero francés, mientras que el colombiano James Rodríguez, en el 63, cerró el marcador con el segundo gol del conjunto alemán.
La grandeza del clásico de Europa se mostró en toda su expresión en el Santiago Bernabéu. Encuentro grandioso entre dos equipos educados para atacar, que sufren sin balón, con un conjunto merengue sin la capacidad para anestesiar y que jugó a la ruleta con el cuadro bávaro. Verticalidad blanca con capacidad de sufrimiento frente al dominio posicional del equipo alemán, una maquinaria perfecta.
El guardameta blanco Keylor Navas tuvo una actuación descomunal. Después de su fallo contra la Juventus, y en el Allianz, necesitaba ser decisivo. Detuvo múltiples balones, entre ellos se lució con una parada repleta de reflejos a un latigazo de derecha de Alaba. Keylor sacó manos salvadoras, voló al disparo cruzado de Hummels, y nada pudo hacer contra James. El gol del jugador que descartó Zidane terminaba de incendiar la semifinal. Fue cuando llegaron los cambios, la tardía entrada de Casemiro y la apuesta por Bale para ver si enganchaba una con espacios.
El sufrimiento de los cuartos de final frente a la Juventus se repitió contra un Bayern que murió en área madridista. Navas, salvador contra Tolisso, y 11 jugadores peleando como el último cada balón para llegar a una nueva final como el gran dominador de Europa en el futbol actual. La decimotercera ya está a un solo paso de un equipo de leyenda.