El Gobierno marroquí anunció hoy la ruptura de relaciones diplomáticas con Irán, al que acusa de armar, financiar y formar al Frente Polisario a través del movimiento chií libanés Hizbulá.
El ministro marroquí de Exteriores, Naser Burita, aseguró hoy a los medios que la ruptura fue comunicada esta misma mañana por él mismo a su homólogo en Teherán, e inmediatamente conminó al encargado de negocios iraní en Rabat a que abandone el territorio marroquí a la mayor brevedad.
Según Burita, Marruecos dispone de “pruebas y datos” de que al menos un diplomático de la Embajada de Irán en Argelia ha participado “durante al menos dos años” como “facilitador” entre Hizbulá y el Polisario en acciones destinadas a capacitar a soldados del Polisario en “acciones de guerrilla urbana y ataques contra el Reino de Marruecos“.
“Artificieros e instructores militares de Hizbulá” han viajado a Tinduf para formar a comandos del Frente Polisario, pero el hecho más grave, resaltó Burita, fue la entrega al Polisario en este mismo mes de misiles SAM-9, SAM-11 y Strella.
El ministro rechazó que la ruptura tenga nada que ver con el contexto sirio ni la situación en Oriente Medio en general, y recalcó que obedece “a intereses estrictamente bilaterales”.
De hecho, resaltó que el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Irán en 2014, más el envío de un embajador dos años más tarde, fue mal recibida por algunos aliados claves de Marruecos (probablemente Arabia Saudita y Emiratos, que no mencionó), pero también aquel movimiento se hizo estrictamente por los intereses de Marruecos.
El ministro rechazó asimismo que la ruptura tenga que ver ni con el pueblo iraní ni con el chiísmo (una rama del islam apenas tolerada en Marruecos), sino exclusivamente con esta alianza entre Irán y el Polisario.