Durante las honras fúnebres que familiares, amigos, comerciantes y empleados de la Municipalidad de Guatemala le ofrecieron esta mañana a Álvaro Arzú, su hijo, el presidente del Congreso de la República, contó una anécdota sobre un radio portátil que retrataba a su padre.
“Ayer veníamos en la caravana hacia el Palacio Nacional y estábamos provocando un tráfico del carajo y solo pensábamos que él diría: dejen de estar haciendo tanto tráfico. Así era él siempre, pendiente de todos”, recordó Álvaro Arzú Escobar.
El parlamentario relató que su papá, a quien le prometió que continuaría y ganaría la lucha que él comenzó meses atrás, siempre llevaba consigo este radio portátil para mantenerse informado sobre los acontecimientos que ocurrían en esta ciudad, porque su fin era encontrar soluciones.
“En más de 50 años de servicio, él preparó a miles de personas para que prosiguieran su trabajo. Él es un símbolo de que de las cosas se pueden hacer bien, que tenemos que amar y trabajar por nuestro país, y sacrificarnos por los demás y luchar por nuestras ideas”, resaltó Arzú Escobar.
Con la frase “Guatemala vale la pena”, concluyó su mensaje en la Plaza Italia, lugar al que acudieron cientos de guatemaltecos para despedir al expresidente y firmante de los Acuerdos de Paz en 1996.