Por: Vera Calderón
En las últimas semanas, la competitividad del país ha sufrido un duro golpe por el nivel de congestionamiento que se presenta en el Puerto Santo Tomás de Castilla. Esta situación ha provocado cuantiosas pérdidas al sector productivo: empresas exportadoras que han incumplido con contratos de clientes en el extranjero; fábricas que han tenido que detener operaciones por desabastecimiento de insumos; y eso solo por mencionar algunas de las historias. La principal razón de esta problemática ha sido la falta de inversiones en infraestructura, maquinaria, equipo, espacios y niveles de productividad de las operaciones portuarias, las cuales no se han realizado al ritmo del crecimiento del comercio exterior de Guatemala.
Es de hacer notar que por Puerto Santo Tomás de Castilla se moviliza el 33 % del total de la carga del país; por allí se embarcó y desembarcó en 2017 un total de 299 mil 63 contenedores. En ese mismo año atracó el 42 % del total de buques que arribaron a los diferentes puertos del país. Esta semana, las autoridades del puerto, en conjunto con actores públicos y privados relacionados con las diferentes operaciones en este recinto, identificaron y manifestaron su compromiso para implementar una serie de acciones para descongestionar el puerto, que van desde definir un mecanismo de citas para revisiones, evitar horas muertas, liberar espacios en bodegas, evitar atrasos en la entrega de la mercancía, entre otras.
Si bien las medidas anteriores buscan estabilizar en las siguientes semanas las operaciones del puerto, las soluciones para resolver el problema de fondo son impostergables. Estamos hablando de realizar las inversiones de ampliación de muelles y patios, maquinaria y equipos de última generación, introducción de tecnología para la trazabilidad de la carga, automatización de todos los procesos, e indicadores de eficiencia portuaria. Invito a que las autoridades que tienen en sus manos la dirección de este recinto portuario atiendan el llamado S.O.S. para tomar las acciones que corresponda, a efecto de elevar los niveles de eficiencia, y con ello contar con las condiciones para llegar a los niveles de competitividad de la infraestructura portuaria que ofrecen los países vecinos.