Desde la época prehispánica, el barro ha sido utilizado por diversas culturas. En Guatemala se tienen evidencias de su uso como materia prima para la elaboración de utensilios desde 1,000 antes de Cristo, en el período conocido como Preclásico.
Actualmente, en la aldea El Trapiche, Chuarrancho, Guatemala, a 70 kilómetros de la capital, Agripina Cubul Suruy es una de las pocas artesanas que continúa transmitiendo a sus nietos el conocimiento ancestral sobre la elaboración de utensilios de barro.
En el proceso de manufactura se integran elementos orgánicos, como barro (extraído de la zona), cascavín y agua. En la fase final, las piezas se cocinan en un horno constituido con heces secas de vaca, tradicionalmente usadas como combustible. Estos artículos se venden en las comunidades cercanas y son parte escencial de la economía local.