Quería escribir acerca de una película infantil y solo fui a perder dos horas de mi vida en ese bodrio de Disney llamado A Wrinkle in Time. Al regresar a mi mazmorra de libros, videojuegos y DVDs, me propuse volver a una cinta de infancia. Deseaba saber si lograba superar la barrera del tiempo y de la edad. Fue entonces que al terminar de ver Neverending Story (1984) entendí que, si bien es para niños, es un verdadero film para todo público.
No negaré que ver de nuevo la muerte de Artax me estrujó el corazón y me pregunto si los de PETA estuvieron presentes en el rodaje. Y claro, los FX de ese cielo tenebroso o de los vuelos del dragón Falcor ya no sorprenden y resultan chistosos, pero aun así se disfruta la película. Con muy poco esfuerzo se puede revivir y disfrutar de las marionetas, desde el Comepiedra hasta el murciélago somnoliento.
Lo que ya no es igual es mi desprecio por la actitud de Bastian. Como adulto logré empatía con el comportamiento del protagonista, con su dolor. De pequeño solo me parecía un berrinchudo; después de todo, yo era un niño.
Esta vez, el G’mork no me dio miedo, pero sí me intimidó. Su discurso es elegante, casi implacable. Incluso antes de una muerte inminente, su reverencia ante el poder es inmutable. El único adulto en todo Fantasía es él. Y lo aplaudo, un mundo así no debería tener gente mayor. Si tuviéramos una conversación con él, so pena de morir en sus fauces, ¿podríamos rebatirle sus argumentos?, ¿daríamos fundamentos cimentados en la razón y no en la ética o la moral? Lo que garantizo es que si te tomás en serio la cinta, podés volver a ser niño. Basta con la primera película, ignorá las otras dos. Deberían hacer una nueva segunda parte. Esta vez que sea el Vacío el tema, en lugar de la Nada, pero eso ya es hablar de filosofía y física.
Música, edición y actuaciones sobreviven al tiempo; el guion, definitivamente. No sé si a los niños de ahora les guste, pero es un regreso a lo que debe ser esencial en esos años más que un guiño a la infancia. Aún hoy, busco el Áuryn.
Decepción fílmica: A Wrinkle in Time.
No recuerdo cuándo fue la última vez que vi tanta abundancia de basura. Incluso, para ser una película Disney, esta vez se pasaron. Las interpretaciones son muy malas. Durante mi función una familia completa se salió, las niñas casi se fueron corriendo.
La cinta incluye a dos actrices nominadas al Óscar (dos veces cada una); de hecho, una ya lo recibió. La prueba de que esos premios no garantizan nada. Es el filme que un niño debe ver donde el dentista.